domingo, 20 de enero de 2013

Cheesecake japonesa.


¡Hola a todos!
Llevo meses para enseñaros esta receta, pero por un motivo u otro, siempre acababa cruzándose en mi camino algún otro postre que no podía evitar enseñaros antes… y eso que esta cheesecake japonesa es una auténtica delicia.
Además, es de esos postres polivalentes porque, si, es una tarta de queso (en teoría) pero no tiene nada que ver con ninguna otra tarta de queso que hayáis probado antes. A los aficionados a las cheesecakes les encantará, y a los que no lo son tanto, también, porque el sabor del queso no está tan presente como en otras recetas mas clásicas. Tiene una textura súper agradable y es un postre bastante ligero.
Esto es todo lo que necesitaréis;

Ingredientes:
-255 gr de queso Philadelphia
-57 gr de mantequilla, a temperatura ambiente
-80 ml de leche
-6 huevos a temperatura ambiente, separado las yemas de las claras
-1/2 cucharadita de café de crémor tártaro
-140 gr de azúcar granulada triturada, (no usar azúcar glas, es demasiado fina)
-45 gr de harina
-30 gr de maicena
-Mermelada

Preparación:
En un recipiente apto para microondas derretimos el queso, junto con la mantequilla y la leche. Mezclamos bien para deshacer los grumos.

Cuando la mezcla se haya enfriado, añadimos las 6 yemas, la harina y la maicena.

Llegado a este punto podemos ir precalentando el horno a 160ºC.
En un recipiente grande comenzamos a batir las claras de huevo. Añadimos el crémor tártaro y el azúcar, poco a poco y sin dejar de batir, hasta que queden montadas.

Por último, añadimos a las claras montadas la mezcla de queso, e incorporamos los ingredientes con ayuda de una espátula, y de manera manual, con movimientos envolventes.


Vertemos la masa sobre un molde ligeramente engrasado, y colocamos este molde dentro de uno de mayor tamaño. Este segundo molde lo llenamos con agua hirviendo, para que la tarta se cocine en el horno dentro de un baño maría. Es recomendable tapar el molde de la tarta con papel de aluminio, para que no se dore demasiado.

Cocinamos durante 1 hora y 40 minutos.

Una vez transcurrido ese tiempo, dejamos enfriar la tarta por completo antes de desmoldarla. Según se va enfriando, los bordes comenzarán a despegarse del molde, de manera que resultará muy sencillo sacar la tarta del recipiente.

Una vez fría, podemos cubrir la tarta con nuestra mermelada o sirope favorito.

¡TERMINAMOS!







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